Mi padre explotó mi vida.
La destrozó. La destruyó. La pateó en las bolas.
Causó un escándalo mundial para mi familia y ahora no hay ningún lugar seguro al que pueda ir.
Así que, hui de la ciudad de Nueva York para esconderme en Bridgeworth Pines.
Es un pueblo pequeño en medio de Connecticut.
Estoy viviendo con mi tía loca mientras lucho con mi trabajo nuevo en la panadería local.
Va genial, gracias.
Pero se pone mucho mejor cuando entra el hijo de mi jefe, Malcom.
Está dándole la vuelta a todo.
Incluyéndome a mí.
Girándome y doblándome sobre el mostrador en más posiciones de las que puedo contar.
Los hornos no son lo único que calienta la panadería este Día de San Valentín.
Una vez que Malcom pruebe mi pastel de cerezas, será un alfa obsesionado.
Y para variar, finalmente seré capaz de vivir el momento...
...amando cada segundo de ello.
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