Él era mi hermanastro.
Mi principie azul.
Mi cuento de hadas que salió totalmente mal...
Se suponía que al casarse mi madre con el rey nos daría u felices para siempre. Pero mi vida nunca ha sido un cuento para dormir y ningún príncipe con un zapato elegante me va a convertir en Cenicienta.
Tenía grandes planes fuera de nuestro pequeño pero poderoso país, pero Gunnar, el malvado príncipe en su hermoso paquete, era una tentación demasiado grande para que la resistiera. Sus dulces mentiras y sus besos todavía más dulces me atraían de vuelta a sus brazos una y otra vez hasta que su cruel y frío corazón finalmente rompió el mío para siempre.
Ahora va a ser el rey y me quiere de vuelta en su país, su palacio... y su cama.
Y todos debemos inclinarnos ante el rey.
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