Realmente no puedo quedarme... al lado. El que trabaja con mi padre; el que tiene la sonrisa lobuna que me calienta en lugares donde no debería ser más largo de lo que debería haber sido.
Y no debería estar aquí, ni solo, ni en Nochebuena.
Debería decir que no.
Pero hace mucho frío afuera y hace tanto calor aquí.
Tiene casi el doble de mi edad, pero no puedo decirle que no. No con esa mirada en sus ojos; Esa mirada que me hace querer probar cosas nuevas. Cosas como quizás darle el tipo de regalo que solo puedes darle a un hombre una vez...
Y hace mucho frío ahí afuera.
Bueno, tal vez sólo una bebida más...
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