lunes, 22 de octubre de 2018

Taking Connor




Hay un estereotipo de cómo se ve un criminal condenado en público. Connor Stevens se ajustaba a este. Su reputación lo precedía. Con un cuerpo duro y vividos tatuajes dispersos alrededor de su piel, ciertamente atraía las miradas de juicio de todos los conservadores estirados. Incluso yo tenía esos mismos pensamientos... a pesar de lo bien que Blake hablaba de él.

Pero esas opiniones estaban a punto de ser desafiadas. 

Había prometido recoger a Connor en prisión, donde había cumplido ocho años por homicidio. Cuando Blake murió, tuve la intención de honrar nuestro acuerdo. Llevar a Connor a casa sería mi último espectáculo de gratitud. Blake nunca reveló porqué Connor mató a un hombre, y nunca tuve las agallas para preguntar. Siempre intimidada, y en contra de mi mejor juicio, pronto me acostumbré a estar cerca de Connor, a pesar de lo perverso que era. Aún así me prometí desechar esos sentimientos a toda costa.

Al menos pensé que lo haría. Hasta que todo el infierno se desató...

Saltando de cabeza, disfruté del tiempo pasado en la condena de Connor. Pero cuando me fue arrojado al infierno, lo mal que estaba amarlo. Erra irrelevante lo que había hecho... o porqué. Llegué tirando y arañando, y me sumergí en el  infierno con él, negándome a dejarlo hasta que ambos saliéramos de la mano. Mi instinto era pelear.

Connor no ardería sólo.
Lo salvaría.


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