Ha pasado más de una década desde que Anna Lynne apareció en la casa donde pasaba cada verano de su infancia. Ahora, ella está de vuelta y abrumada por los recuerdos de su último verano allí. Uno definido por la pérdida, el amor, el crecimiento y el cambio. Unos pocos meses que la cambiaron para siempre.
Anna Lynne estaba de luto por su padre mientras la mayoría de sus amigos pensaban en la universidad, haciéndole cuestionar todo sobre la vida que solía vivir y la persona que ya no quería ser. Se sentía aislada en su dolor, hasta que conoció a Will y a su hermana, marginados en un círculo social normal. A través de ellos aprendió sobre el sacrificio y la fuerza; sobre la lealtad y el amor. En última instancia, le enseñaron que la tragedia viene en más de una forma.
Mientras recuerda ese fatídico verano y la razón por la que se mantuvo alejada del único hogar que conoció, Anna Lynne no puede dejar de preguntarse cómo la gente que dejó atrás logró navegar el sufrimiento que ayudó a crear y si alguna vez pueden perdonarla.
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