1. Doctor Babymaker
El doctor está adentro. Cada centímetro de él...
Soy el director médico más joven, brillante y con más experiencia que jamás se haya visto en la clínica de fertilidad. Nada se interpone entre mi trabajo y yo, hasta que Ada Chase entra.
Se supone que no debo tocarla, al menos, no de la manera que quiero. Ella está fuera de los límites de muchas maneras.
Demasiado rica. Demasiado inocente. Demasiado intocable... Demasiado mi paciente.
La joven heredera protegida está en mi oficina para que su rica y miserable familia pueda ver si es capaz de tener hijos. Y se supone que debo examinarla, cada centímetro de su dulce y tentador cuerpo, para comprobar.
Pero la he querido desde el instante en que la vi, y ahora estoy obsesionado, poseído y colocado como nunca.
Primero, la haré rogar.
Segundo, la haré mía.
¿Y tercero? Bueno, la tercera es la mejor parte.
Tercero es yo poniendo un bebé en ese vientre joven y suave. Y después de eso, la robaré de todo esto. A la mierda el código de conducta médica olvidada el profesionalismo y maldita las consecuencias.
Oh, Ada puede tener hijos bien.
... siempre y cuando sean míos.
Sé lo que está pensando, esto suena sucio, grosero, y como a un obsceno doctor de fantasía. Y si estás pensando eso, la buena noticia es que tienes toda la razón.
Este libro es ardiente e intenso: amor y lujuria de lo mejor, con un héroe alga dominante completamente obsesionado con la crianza y el reclamo de su heroína intacta. Seguro, sin trampas, y un Felices por siempre garantizado.
El médico te verá y te llevará ahora...
2. O - Maker
No "O" ven a conocer tu cura.
Es hermoso, dominante, sexy y sexy, me mira como si quisiera arrancarme la ropa y cumplir cada una de las sucias fantasías que he tenido.
¿El único problema? Él es mi médico. Oops.
Lo veo para arreglar "mi problema", mi gran problema "no O". Sí, verás, nunca he tenido uno, ni un gran final, ni un gran beso, ni un final feliz.
Nunca.
El doctor Aiden Oweson -"Doctor O"- supuestamente es el hombre que puede ayudar, pero tengo mis reservas.
Eso es, hasta que me ponga las manos encima. Hasta que me mire como si quisiera devorarme. Hasta que él me diga que soy suya, y solo suya.
Estoy bastante segura de que no debes caer el la trampa de tu doctor.
Estoy bastante segura de que tu doctor se supone que no debe examinarte en su cama, en su escritorio, y mientras estás gritando su nombre.
Estoy bastante segura de que estamos rompiendo todas las reglas, y estoy bastante segura de que no me importa.
Se supone que el Doctor O me mostrará la O. Ahora el único problema es que nunca quiero que se detenga.
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