lunes, 9 de julio de 2018

The Baller



La primera vez que conocí a Brody Easton fue en el vestuario de hombres. Era mi primera entrevista como comentarista deportiva. Y el famoso mariscal de campo decidió desnudarse completamente.

Y con completamente, no me refiero que me contara alguno de sus secretos. No. El imbécil arrogante decidió quitarse la toalla, justo cuando le hice la primera pregunta. En directo. El jugador más valioso del Super Bowl rápidamente adoptó un nuevo pasatiempo; tener sexo conmigo.

Cuando lo aparté, cambió de querer joder conmigo, a querer joderme.
Pero no salgo con jugadores.
Y no es porque soy una de las pocas mujeres trabajando en el mundo del fútbol profesional.
He salido con atletas.
Es la otra clase de jugadores con los que no salgo.
Ya conoces el tipo. Bien parecidos, fuertes, engreídos y siempre buscando tener sexo.
Brody Easton era el máximo jugador.

Toda mujer quería ser la que lo hiciera cambiar.
Pero la verdad era que lo único que necesitaba era una chica por la que valiera la pena cambiar. 
Resulto ser, que era esa chica. 
¿Fácil verdad?
Enfrentémoslo. Nunca lo es.
Hay una historia entre el erase una vez y el vivieron felices para siempre...
Y esta es la nuestra. 


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