Mi verano estaba empezando a ser divertido cuando me encontré con mi ex, Jason, en la playa. Se iba a la universidad, al otro lado del país, y pensó que sería mejor si no retrasaba las cosas.
No estuve de acuerdo.
Cuando vi a Jason, luciendo tan lindo en sus shorts, con un bronceado de verano, lo deseaba más que nunca. Quería perder mi virginidad con el chico que amaba, y quería pasar una noche más con él antes de que nos despidiéramos.
Mi único problema era, además del hecho de que rompimos, que Jason tenía un montón de reglas acerca de cómo se suponía que fueran las cosas. Sentía que debía guardarme para mi próximo novio. Me dijo que debía seguir adelante. Dijo esas cosas, pero por la forma en que estaba actuando y mirando mi cuerpo, me di cuenta de que no quería decir ni una de esas palabras.
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