¡Diez años! Tristes e interminables años de soledad desde la última vez que lo vio.
Una ligera mirada al pequeño grupo le reveló que no había expresado sus pensamientos, pues nadie le prestaba atención... todo interés estaba centrado en el recién llegado.
El presidente de la compañía, hacía las presentaciones y pronto llegaron a ella. Llenó sus pulmones de aire tratando de tranquilizar sus nervios, procurando parecer indiferente y fría.
El recién llegado la saludó con un informal apretón de mano. La mano masculina resultó cálida y sus dedos firmes y decididos. El contacto de sus pieles la sacudió. Él no dio muestras de haber sentido lo mismo.
Ella se sintió desconcertada. Al verlo tan de cerca no le cupo la menor duda de que se trataba de él, pero parecía no reconocerla. La saludó como si nunca se hubiese visto.
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