martes, 13 de febrero de 2018

Hard Roads



Los años que pasé como hija en el Dominion MC me dejaron varada y luchando por respirar. La vida nunca fue flores y sol. Era grava y polvo, los rastros de tierra que quedaban cuando los hermanos salieron, flotando desde el suelo para flotar frente a un enojado sol rojo. 

Nunca podría haber imaginado que una vida sentada en el fondo podría empeorar, pero lo hizo. La vida es divertida así. Justo cuando crees que las cosas no pueden volverse más sombrías, se dibuja una sombra que te deja tambaleante y ciega: perdida en un mundo de dolor y aflicción. 

Conocí a J.D. Brooks en el camino y él me arrastró de mis pies. Literalmente. Pero no de la manera que podrías pensar. 

Él era a la vez un ángel y un demonio. 
Él fue la tormenta más cruel que alguna vez oscureció mi vida. 
Él también fue mi salvación.

Despojada de las manos que siempre me frenaban, fui liberada en una pesadilla que amenazaba todo lo que creía saber sobre la mala mano que me habían dado. Pensé que nunca podría podría odiar a un hombre más que el me robó la vida que había conocido. Y en nuestro tiempo juntos, él me enseñaría una lección importante...

Que al final, no importa cómo se cruzan nuestros caminos, porque cuando se trata de la verdad básica de nuestras vidas...

...todos estamos atrapados viajando por caminos difíciles. 

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