Cuando él de marchó en despliegue militar durante doce meses, sintió que pasaría una eternidad hasta que pudiesen verse de nuevo. No supo cuánta razón tenía.
Cuando el cabo primero Brecken Connolly es capturado como prisionero de guerra, Camryn espera lo mejor, pero se arma de valor para lo peor. Al final, fue lo que necesitó para sobrevivir cuando él no lo hizo. Se mueve de la única forma en que sabe, armándose de más valor.
Años pasan. Construye una nueva vida. Deja la antigua atrás.
Hasta que un día, el rostro de un fantasma aparece en las noticias. Brecken parece haberse levantado de entre los muertos, pero sabe que no puede hacer el mismo milagro para ella. Mientras que Brecken fue torturado en una prisión por los últimos seis años, ella ha estado atrapada en su propio tipo de cárcel. Una de la que no puede ser salvada.
El hombre al que lloró regresa para unirse a los vivos, pero la chica con la que quería pasar su vida no es la misma mujer que encuentra. Brecken tampoco es la misma persona. Los últimos años los han cambiado a ambos. Mientras que él está determinado a unir las piezas, ella está dispuesta a dejar que las suyas se deterioren a medida que se desmoronan.
Rota o no, Brecken la quiere de regreso. Hará cualquier cosa para lograrlo. Incluso si eso significa enfrentar al alcaide de la prisión personal de Camryn... su esposo.
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